Ejercicios de PNL que pueden ayudarte en tu día a día
La importancia de comprometerse con el cambio dentro y fuera de mi despacho
Cuando una persona llega a mi despacho diciendo que quiere cambiar aquello que no funciona en su vida, que quiere dejar de autolimitarse o autoboicotearse de manera inconsciente, que quiere avanzar; lo primero que le digo es que le ayudaré a conseguirlo, pero que para ello es imprescindible que se comprometa con el proceso de cambio y que confíe en mí.
El compromiso con el proceso es imprescindible para conseguir cambiar y avanzar. Sin él, por más sesiones de acompañamiento que podamos realizar, por más herramientas que pongamos en práctica, sin compromiso el cambio que perdura en el tiempo no puede conseguirse.
¿Por qué es importante comprometerse fuera del despacho?
El cambio se consigue trabajando con mi acompañamiento durante las sesiones en el despacho, pero también siguiendo las pautas o realizando los ejercicios de pnl que recomiendo hacer fuera. Si se trabajan ciertas conductas, hábitos o reacciones fuera del despacho, la velocidad a la que se produce el cambio es más rápida y permite consolidar una nueva base que será la encargada de sustentar a la persona en esta nueva etapa.
PNL: ejercicios y técnicas que recomiendo habitualmente para mantener el compromiso con el cambio
Aquello que trabajamos y avanzamos en el despacho, se consolida cuando se entrena y recuerda fuera de él. Por este motivo, a menudo recomiendo algunos pequeños ejercicios o técnicas que, a pesar de ser extremadamente sencillos, son capaces de proporcionar unas mejoras enormes. En este artículo quiero compartir algunos de ellos con vosotros porque, a pesar de no estar en ningún proceso de cambio, seguro que os serán de lo más útiles para conectar con el aquí, el ahora y enfocarse.
Autoanclaje
¿Cuándo es útil utilizar el autoanclaje? Es muy recomendable en momentos en los que uno debe enfocarse y aislarse del ruido exterior o ajeno, es una técnica genial para reducir el estrés.
¿Por qué funciona el autoanclaje? Muy fácil: el sistema de tu cuerpo encargado de regular las emociones, el sistema límbico, aprende por asociación. Esto significa que si tú repites un gesto mientras revives una emoción intensa, tu cerebro las conecta. De modo que, si entrenas esto, cuando repites el gesto, el cerebro activa la emoción automáticamente.
¿Cómo activarlo en 3 pasos? Primero: recuerda una experiencia muy positiva con todo tipo de detalles, qué sentías, qué notabas, qué veías…
Segundo: asocia este recuerdo a una emoción o lugar concreto. Tercero: elige un gesto sencillo, como tocar el lóbulo de la oreja, presionar la muñeca… y piensa en este recuerdo.
El Como si
¿En qué consiste el Como Si? Es una técnica que sirve para entrenar el cerebro en el desarrollo de nuevos automatismos y de comportamientos.
¿Cuándo es útil utilizar el Como Si? Nuestro cerebro no distingue al 100% lo real de lo imaginario y podemos aprovechar esto para acceder más fácilmente a estados emocionales positivos. Nos es útil para reducir el estrés y aumentar la motivación cuando tenemos delante situaciones que suponen un reto para nosotros.
¿Por qué funciona el Como Si? Esta técnica funciona porque a partir de la repetición, desde el ACTUAR podemos modificar el SENTIR y el PENSAR. Es decir, aprovecha la plasticidad del cerebro para reorganizarse y crear nuevas conexiones neuronales a partir de la experiencia repetida.
¿Cómo activarlo en 7 pasos? cuando lo pongas en práctica, hazlo siempre en presente: en coherencia con lo que piensas, con cómo te sientes y con cómo actúas. Cada vez que repites ese pensamiento o comportamiento en presente, activas los mismos circuitos neuronales que se activarían si realmente estuviera sucediendo. Al principio puede parecer un teatrillo mental, algo poco natural o incluso forzado. Pero con la repetición, el cerebro consolida nuevas conexiones sinápticas, y el comportamiento se automatiza. Cuando tú le das la respuesta coherente, el cerebro reorganiza sus circuitos para sostenerla.
Primero: date un tiempo y busca un espacio o lugar tranquilo para enfocarte.
Segundo: siéntate en una posición cómoda.
Tercero: identifica qué pensarías si ya hubieras logrado tu objetivo.
Cuarto: piensa cómo te sentirías si ya lo hubieras logrado, con todo tipo de detalles y pensando en de qué manera esto cambiaría tu vida.
Quinto: identificar cómo te comportarías y qué acciones emprenderías si ya lo hubieras conseguido.
Sexto: empezar a actuar como si ya lo hubieras alcanzado.
Séptimo: repite este proceso tres veces al día para reforzar tu enfoque y comportamiento, así lo alinearás con tus objetivos.
Si quieres descubrir más ejercicios de este tipo, te invito a seguir mi perfil de Instagram, donde a menudo os explico técnicas o trucos que podéis aplicar para mejorar vuestro día a día.